sábado, 17 de enero de 2009

DEONTOLOGÍA PROFESIONAL

La investigación que nos ocupa titulada “The ethics of instructional technology: issues and coping strategies experienced by professional technologists in design and training situations in higher education” publicada por Hong Lin en la revista Educational Technology Research and Development, se llevó a cabo a través de 20 entrevistas en profundidad realizadas a profesionales de las nuevas tecnologías con el fin de sacar conclusiones acerca de los aspectos éticos relacionados con el uso de las nuevas tecnologías en los programas de la formación y cursos on-line.

Su propósito fue investigar qué aspectos éticos relacionados con las tecnologías en la formación estaban experimentando los profesionales en su activad diaria y cómo los afrontaban y manejaban en el contexto de implementar el uso de esas nuevas tecnologías. Para ello, el investigador hace uso de un buen método para analizar los fenómenos sociales como es el método cualitativo basado en entrevistas en profundidad. A lo largo del artículo nos describe el guión que utiliza para sus entrevistas y con éste precisamente hemos trabajado.
Para realizar el contraste de las preguntas incluidas en las páginas 25 y 26 nos hemos encontrado con un problemilla inicial y es que nosotras todavía no somos profesionales en el diseño programas o cursos on-line y la entrevista está diseñada para un perfil de profesional con más de dos años de trabajo en formación, diseño o apoyo en tecnologías de la formación. A pesar de ello, hemos intentado adaptar las preguntas a nuestro contexto laboral y a partir de ahí hemos compartido reflexiones.

Ha coincidido que las dos el curso pasado trabajamos como orientadoras en Equipos de Orientación Generales que atienden y asesoran a los colegios, familias y profesores. Aunque este trabajo está mucho más relacionado con el psicodiagnóstico y las orientaciones psicopedagógicas que con la docencia y la formación on-line, nos parece importante comentar algunos de los principales problemas que detectamos en el uso de las nuevas tecnologías en nuestra práctica profesional como orientadoras y que no distan demasiado de los encontrados en el estudio:
Por un lado nos encontramos con el tema de la privacidad de los datos de los alumnos que íbamos evaluando, diagnosticando y asesorando. ¿Dónde quedaban grabados esos datos?, ¿qué pasaba con los informes guardados en las bases de datos en los ordenadores durante años? ¿no era demasiado fácil acceder a esos ordenadores?, ¿debían compartir tantas carpetas?, ¿qué ocurría si se te perdía o estropeaba el pincho donde llevabas grabados muchos datos confidenciales de los niños?, ¿te podías coordinar vía correo electrónico con los demás profesionales que atendían al niño?.
Por otro lado nos encontramos con la apropiación indebida de los materiales de otros: programas de recuperación o entrenamiento de diferentes habilidades, presentaciones o artículos de otros, y la más controvertida, el uso de las pruebas de evaluación, carísimas por otro lado…¿compramos un ejemplar por profesional de todas y cada una de las pruebas necesarias o fotocopiamos o escaneamos el material?
También nos afecta el tema de la accesibilidad a las nuevas tecnologías, pero no solo porque unos EOEPs o determinados colegios tengan más recursos que otros en el acceso a la información, sino porque no todos los alumnos discapacitados tienen el acceso adecuado a estas tecnologías cuando puede que sea precisamente el colectivo que más lo necesite.
Por último destacamos la desconfianza en la propia capacidad como profesionales en el uso de las nuevas tecnologías, especialmente en nuestros compañeros mayores de 50 años.
Son muchas preguntas y existen pocas respuestas. Y ante estos aspectos éticos, nosotras también nos hemos preguntado cómo lo afrontamos o a qué soluciones llegamos para solucionar estos dilemas, llegando a las siguientes conclusiones:
· Intentar buscar soluciones a través de la comunicación en Equipo.
· Recurrir a las leyes de privacidad de datos y derechos de autor.
· Consultar a expertos relacionados con el tema.
· Mantener el rigor y la integridad profesional.
· Y recurrir a soluciones técnicas para evitar violar aspectos éticos, como controlar los archivos y carpetas compartidas, realizar informes y materiales protegidos por contraseñas, encriptar las bases de datos informatizadas, proteger correctamente los ordenadores, etc.
Para concluir, nos parece muy útil la creación de un código ético profesional tecnólogo, que al igual que el código deontológico de los psicólogos, permite insertar los principios éticos en el trabajo diario y nos hace conscientes de la responsabilidad ética con nuestros pacientes, nuestros alumnos y con la sociedad en general.

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